Trabajar desde el corazón

Cuando alguien trabaja y actúa desde el corazón, el éxito en los objetivos que se proponga, le acompaña. Más tarde o más temprano, el éxito viene a llamar a su puerta.
Esta reflexión me hice a mi misma el día que le dije sí. Que escribiría este post para inaugurar su blog en el nuevo proyecto empresarial de Comunika2.
Estoy en un momento personal en el que me apetece decir a todo que no. En el que de forma natural, lo único que me saldría sería emular al avestruz y cerrar los ojos a la realidad.
Pero es cuando alguien te pide algo con el corazón en la mano y cuando alguien confía en ti para aquello por lo que apuesta con tanta ilusión y tanta cabeza, el no, no tiene cabida.
Y siguiendo con esa primera reflexión y tras años de pensar en las competencias fundamentales que alguien debe reunir para conseguir ser un buen profesional; tras mucho dedicarme a analizar cuáles eran las causas que determinaban que alguien consiguiese o no lo que entendemos como éxito profesional, no me cabe ninguna duda de que, en esencia, lo único que importa es el corazón.
¿De qué nos sirve todo el conocimiento que hemos acumulado si no hay un buen corazón que le interese poner ese conocimiento al servicio de los demás? Sea lo que sea a lo que te dediques, haz que tu trabajo tenga corazón.
¿Para qué te sirven los años de experiencia probada y acumulada si no le pones pasión a todas y cada una de las cosas que haces?
¿De qué te sirve tu talento innato para la oratoria, tu voz poderosa y tu buena presencia si no logras conectar con las emociones de esos ojos que te escuchan con atención?
¿Dónde queda el valor de los números y las gráficas que tan bien sabes gestionar si nuestras palabras se quedan ahogadas detrás de ellos?
¿Para qué quiero aprender a negociar en la mejor Escuela que te puedes permitir si no busco, de forma sincera, que los dos ganemos?
¿Para qué quiero el dinero si ni siquiera sé en qué gastarlo? Peor aún mejor ¿para qué lo quiero si no tengo con quien gastármelo?
¿Para qué tantas redes, tanto social media, tanta hiperconexión si no me invade la generosidad, las ganas de compartir y de detectar el talento y las cosas bonitas que los otros saben hacer para verlos crecer?
En definitiva,
¿Para qué quiero ser un buen profesional si no soy capaz de ser una buena persona?
No te dejes engañar. Escucharás miles de veces que en esta vida hay que andar listos, que de buenas maneras no te hacen caso, que de bueno a tonto hay muy poca distancia (nunca equivocar estos dos conceptos, nada tienen que ver, pero esto para otro post).
Te pondrán miles de ejemplos (y serán ciertos) de casos de personas que no han escuchado hablar de la palabra honestidad ni de lejos y que han triunfado. De momento… espera siempre a ver la escena final.
Sé que no es fácil escapar de estos valores que nos bombardean cada día y que, en realidad, a muchos no nos corresponden. Sé que no es fácil dejar de pensar en el corto plazo y entender que lo que nos beneficia hoy, mañana nos puede ahogar. Todos hemos caído en ellos en algún momento.
Pero hazte un favor: cuando en el ámbito profesional busques a otros profesionales, asegúrate antes de que sean buenas personas. Que ese sea tu primer criterio de diferenciación para escoger a tus profesionales para cubrir ese puesto, para escoger a tus proveedores y también a tus clientes. Y no imaginas lo determinante que es para tu vida que seas capaz de escoger a jefes que sean buenas personas. Cuando tengas esto claro, asegúrate de que esas personas, encima han ido construyendo el resto de factores que todos sabemos que son necesarios para ejercer con éxito nuestra profesionalidad. Medir inteligencias, datos, números, resultados, títulos y número de idiomas lo sabemos hacer de maravilla, que no se nos olvide evaluar corazones.
Cuando encuentres a alguien que hace valer la lealtad y la honestidad por encima de todo, no le dejes escapar.
Algo así me ha pasado a mí con Comunika2. Te invito a que los descubráis, a su equipo y a todo lo que van a hacer. Y, por supuesto, te invito a que aprendas a identificar y saber rodearte de estas personas de buen corazón que, por fortuna, abundan en absolutamente todo lo que decidas emprender, en todos los caminos que vayas a iniciar.
Así empezarás a sentir que las cosas van cómo quieres que vayan en tu vida. Cuando lo logres, no dudes que es porque tú mismo te has convertido en una de ellas. Y ese logro personal, será sin duda, tu mayor éxito profesional.